domingo, 23 de febrero de 2014

La tecnología, las bibliotecas y la inclusividad


La tecnología, las bibliotecas y la inclusividad


Para este post de hoy en Infotecarios, sigo los pasos del Infotecario Samuel Castro Ponce, quien recién escribió sobre el rápido crecimiento de la tecnología y el impacto que ha tenido en las bibliotecas. Cada vez más la biblioteca se convierte en un espacio donde la tecnología forma una parte integral de los servicios prestados, desde los cotidianos como las consultas de referencia hasta los servicios más especializados e innovadores como los Makerspaces. No queda ninguna duda que las bibliotecas son parte del movimiento hacia un mundo conectado por la tecnología, pero ¿cuál es el rol del bibliotecario en la creación, desarrollo e innovación de las tecnologías que constan ya una gran parte del día a día de las bibliotecas? ¿Tiene la responsabilidad un bibliotecario de aprender los multitudes de lenguajes de programación para poder crear nuevas aplicaciones y sistemas de gestión que podrían ser la nueva onda tecnológica en las bibliotecas? Las posibles contestaciones a estas preguntas son debatibles, pero hay muchos bibliotecarios que han tomado la iniciativa de capacitarse del lado técnico en los campos de la programación y las tecnologías de la información y comunicación; pero todavía hoy en día existen brechas que son muy difíciles para cruzar aún desde dentro de nuestra misma profesión-especialmente para ciertas personas. En este post hablaré sobre los obstáculos que los bibliotecarios tienen que superar para lograr un entorno de trabajo más inclusivo y diverso que permite que todos nosotros (y nosotras) podamos ser parte de este movimiento tecnológico.
Es muy optimista pensar lo contrario, pero la tecnología no es neutral, debido a que es una invención humana y puede tener todas las fallas que tiene cualquier persona. Cometemos un grave error al no reconocer la situación actual que existe en las industrias de la alta tecnología y los problemas que esta industria tiene al respecto de la desigualdad de género y la poca representación de las minorias en este campo de trabajo y no creer que lo mismo no pudiera pasar en el mundo de las bibliotecas. Durante un panel en la pasada reunión semestral de la American Library Association (ALA) el tema de la desigualdad racial y de género dentro de la profesión, especialmente en el campo técnico en las bibliotecas, se convirtió en tendencia en Twitter con el hashtag #libtechgender. Desde ese punto en adelante el tema subió de tono y la conversación continúa hasta ahora, casi dos meses después, y con razón-no se puede solucionar en un solo día un problema tan sistémico y arraigado que es parte de los valores y costumbres de una sociedad. Pero si hay luz al final del camino. Yo creo firmemente que los bibliotecarios son muy aptos para adoptar la causa y unirse para trabajar hacia un ambiente dentro de nuestra misma profesión el cual es más inclusivo y justo y que coincide con los valores que impulsan la misión de nuestra labor, como el  libre acceso a la información para todos y programas educativos en los que puedan participar todos los miembros de nuestra sociedad. Si queremos un verdadero cambio, los valores de nuestra profesión tienen que reflejar lo que decimos que queremos para nuestra sociedad-abierta, inclusiva y justa.
Al momento que se abre el diálogo hay que empezar a tomar acciones. ¿Qué tipos de cosas podríamos hacer que son concretas y hagan la diferencia? Lo primero es reconocer el hecho que existen brechas basadas en el género y la raza especialmente en la área de la tecnología. Una vez que hagamos esto, podemos seguir adelante con iniciativas y proyectos con la meta de disminuir las desigualdades. Hay muchos ejemplos de iniciativas con este reto que en los últimos años han despegado y han sido muy exitosas. Un ejemplo en particular son las organizaciones y fundaciones que trabajan para cerrar la brecha tecnológica que especialmente afecta a mujeres y minorías. Organizaciones como Girl Develop ItBlack Girls Code y Hour of Code disponen un ambiente acogedor y seguro que potenciona a quienes que participan en el proceso de aprendizaje y desarrollo de habilidades para que sigan en el camino y no se riden por razones de discriminación. Si queremos que el mundo de la tecnología en las bibliotecas sea más inclusivo, tenemos que aprender del ejemplo de estas organizaciones. Tenemos que asegurar que las oportunidades existan para todos y que los espacios en que trabajamos con proyectos tecnológicos tengan las líneas de comunicación abiertas y que tomen en cuenta las diferencias de las personas no como desventaja pero como ventaja de la diversidad de los múltiples puntos de vista que puede tener un equipo diverso.
Sé muy bien que este tema puede ser muy difícil de explorar y tener conversaciones serias sobre las cuestiones resultantes. Aquí en los Estados Unidos ha sido una conversación muy esperada pero todavía falta mucho para solucionarlo. Espero con un diálogo global podamos avanzar el debate y seguir compartiendo estrategias para poder aprender como superar una cultura de desigualdades y discriminación que nos amenaza desde las sombras.

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